UN LEGADO QUE NOS DESAFÍA: EL PAPA FRANCISCO Y LA IGLESIA EN SALIDA

Introducción

La mañana del 21 de abril de 2025 el mundo recibió la noticia de la partida del Papa Francisco. Su muerte deja un vacío en el corazón de la Iglesia, pero también un legado inmenso, lleno de Evangelio vivo, de gestos proféticos y de palabras que nos siguen interpelando. Francisco no fue solo el primer Papa latinoamericano; fue un pastor con olor a oveja, una voz de ternura y de firmeza evangélica que nos invitó a soñar una Iglesia más humana, pobre, cercana y libre.

En este tiempo de duelo, su vida y sus enseñanzas se convierten en semilla para una nueva generación de creyentes, consagrados, laicos y jóvenes comprometidos con el Reino.

1. Un Papa cercano, un Dios cercano

Desde el inicio de su pontificado, Francisco nos habló de un Dios de misericordia, cercano, que nunca se cansa de perdonar. Su frase "Dios no se cansa de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón", resume una de sus claves pastorales: anunciar un Dios que acoge, que abraza, que se inclina para sanar.

Preguntas para reflexionar:

● ¿Creo de verdad en un Dios que me ama tal como soy?

● ¿Mi comunidad es espacio de encuentro con esa misericordia o más bien de juicio?

2. Una Iglesia en salida

Francisco insistió en que la Iglesia no puede ser autorreferencial, sino misionera, “en salida”, una Iglesia “accidentada por salir” más que enferma por encerrarse. Nos desafió a salir a las periferias, a vivir una espiritualidad de calle, de encuentro, de escucha y de ternura activa.

De la Evangelii Gaudium (n. 24):

"La Iglesia en salida es una Iglesia con las puertas abiertas. Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo."

Preguntas para reflexionar:

● ¿Cómo estoy saliendo al encuentro de los demás desde mi lugar de vida?

● ¿A qué “periferias” me está llamando hoy Dios?

3. El grito de la Tierra y de los pobres

En Laudato Si’, Francisco unió el clamor de la Tierra con el de los pobres. Nos enseñó que la ecología no es un lujo, sino una exigencia del Evangelio. Nos invitó a vivir una conversión ecológica integral, que abarque el corazón, la mente, la vida personal y las estructuras sociales.

De Laudato Si’ (n. 49):

"Hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero enfoque ecológico se convierte siempre en un enfoque social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el medio ambiente."

Preguntas para reflexionar:

● ¿Qué cambios concretos estoy dispuesto a asumir para cuidar nuestra casa común?

● ¿Cómo se refleja en mi estilo de vida el amor por los pobres y por la Tierra?

4. Francisco y los jóvenes: hacer lío con sentido

En las Jornadas Mundiales de la Juventud y en Christus vivit, Francisco mostró su amor a los jóvenes: les habló con el corazón, los alentó a no dejarse robar la esperanza, a soñar en grande, a hacer lío… pero del bueno, el que transforma. Los invitó a ser protagonistas de la historia, no espectadores.

De Christus Vivit (n. 143):

"Queridos jóvenes, no renuncien a lo mejor de su juventud, no observen la vida desde el balcón, no confundan la felicidad con un sofá. Sean protagonistas del cambio."

Preguntas para reflexionar:

● ¿Estoy acompañando procesos juveniles con corazón abierto, sin juicios?

● ¿Cómo escucho los sueños de los jóvenes con actitud de discípulo?

5. Una vida consagrada profética

El Papa nos recordó que la vida consagrada no es adorno en la Iglesia, sino testimonio del Reino. Nos pidió vivir con alegría, en fraternidad, con radicalidad evangélica. Y especialmente, nos invitó a “pastar con olor a oveja”, a no quedarnos en estructuras sino a vivir el Evangelio con pasión y cercanía.

De su homilía a religiosos/as (2014):

"Despierten al mundo. Sean testigos de una forma diferente de hacer, de actuar, de vivir."

Preguntas para reflexionar:

● ¿Mi vida consagrada es un testimonio de alegría, sencillez y entrega?

● ¿Estoy dispuesto a dejar seguridades para caminar con los pobres, como Francisco lo hizo?

Oración final:

“Gracias, Señor, por el don del Papa Francisco”

Señor Jesús,

te damos gracias por habernos regalado al Papa Francisco.

Pastor humilde, profeta de tu Reino,

voz de los sin voz, rostro de tu misericordia.

Gracias por su testimonio de vida,

por su ternura valiente y su amor por los últimos.

Gracias por sus palabras que arden,

y por su invitación constante a vivir el Evangelio en salida.

Hoy que ha partido a tu encuentro,

te pedimos que su legado no quede en el recuerdo,

sino que se convierta en camino para nuestras comunidades.

Danos el coraje para soñar como él soñó,

para amar como él amó,

para caminar como Iglesia que abraza y levanta.

Y que, como él tantas veces nos pidió,

no dejemos de rezar los unos por los otros.

Amén.

Con cariño Hna. Mirza Deras, Religiosa de la Asunción

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