CONTINENTES NO-HABITADOS: EL RETO DE NUEVOS COMIENZOS

 ALEKSANDRA NAWROCKA 

Odio cuando las cosas no salen como lo he planeado. Tengo mucha imaginación, así que no me cuesta nada imaginarme los posibles escenarios en cómo me gustaría que las cosas saliesen. Por lo general, son escenarios bastante positivos, en los que todo tiende a un final feliz. Pero la realidad resulta tener una imaginación aún más rica que la mía, con la diferencia de que sus finales no siempre son felices.

A veces creo que Dios no quiere que me acomode en lo bueno y bonito. Cuando las cosas ya parece que salen, que todo ya va como previsto, el universo entero colabora para que mis sueños se hagan realidad... booom! Pasa algo que desbarata todos los planes. Y hay que empezar de nuevo. 

Con empezar de nuevo hay un problema. Hay que reinventarse. Hay que pensar “fuera de la caja” para encontrar soluciones, alternativas, posibilidades. Hay que buscar aquella ventana que dicen que Dios abre cuando se cierran todas las puertas. Lo que pasa es que hay momentos en la vida que todas las puertas y ventanas parecen cerradas, una se queda sola en la calle con nadie a quien acudir, sin un lugar donde cobijarse de la mala tempestad, y encima con un peso de que otra vez ha fracasado en el intento. Eso duele. Encontrar una chispa de esperanza en situación así es un acto de heroísmo supremo. Pero no hay opción de quedarse donde nos llevaron los sueños y decisiones anteriores porque en la vida nada se soluciona solo. Nada. Nos guste o no, hay que cargar con el peso de fracaso y seguir caminando, a ver si se encuentra algún agujero por donde entrar, un trocito de tierra donde empezar de nuevo a construir la vida, con nuevos sueños que poco a poco aparecen en el corazón. Porque al fin y al cabo, el corazón se niega a dejar de soñar, no importa cuántas palizas haya recibido. 

Pienso en tantas mujeres que en algún momento de vida tomaron la decisión valiente de salir de una relación abusiva. Las que tuvieron que escaparse a medianoche, con hijos pequeños, sin un lugar dónde acudir, sin dinero, sin apoyo de la familia. Las que pasaron noches en la calle buscando una salida para sí y sus hijos. Ellas son las verdaderas heroínas de esperanza porque no se pueden permitir el lujo de tirar la toalla, de darse por vencidas. Pienso qué poco apoyo reciben, cuántas personas las juzgan, les echan la culpa, las convencen para que regresen a sus parejas que las abusaban. Quizás porque los nuevos comienzos de otros nos comprometen a todos, nos retan a todos a pensar en alternativas y en que todos estamos conectados, nos guste o no, y la suerte de otros nos debería afectar. La situación de los que tienen que empezar de nuevo nos invita a todos a introducir cambios en nuestra vida. Porque somos un sistema. El cambio en un elemento requiere necesarios ajustes en todos los demás elementos. No vivimos en una burbuja, en un vacío donde cada uno procura un poco de felicidad para sí mismo. Por eso necesitamos comprometernos con los nuevos comienzos de los demás para que así juntos logremos un mundo mejor.

ALEKSANDRA NAWROCKA (POLACA)

RELIGIOSA POLACA EN VIETNAM, PEDAGOGA Y TEÓLOGA

Comentarios

  1. Aleksandra , estoy muy acuerdo con el contenido de tu escrito . No rodeas lo que quieres transmitir . Vas directamente . Eres valiente . Grácias por compartir 🌹

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