MARÍA TERESA RUIZ IGUAL
La Iglesia en España celebraba el 11 de junio de 2022 «su fiesta sinodal». La Fundación Pablo VI fue la sede de la Asamblea final, en la que se presentaba la síntesis de la fase diocesana del Sínodo 2021-2023: “Por una Iglesia Sinodal: Comunión, Participación y Misión”.
Casi 220.000 implicados en el recorrido sinodal que comenzó a caminar el 17 de octubre de 2021. Y entre ellos los MILPA- Misioneros Laicos Palautianos.
Para quienes no nos conozcan, miembros MILPA somos hombres y mujeres cristianos católicos, a partir de 18 años, de cualquier raza, estado o condición que, libre y voluntariamente, decidimos formar parte oficial de la Asociación y lo solicitamos por escrito al Equipo General MILPA.
Los Misioneros Laicos Palautianos (MILPA) con sede central en Tarragona (España), presentes en doce países de cuatro continentes, somos una Asociación Privada Internacional de fieles con personalidad jurídica (cf. Derecho Canónico, cc. 298-311 y 321-329) con aspiración de “familia palautiana”, comunión y colaboración con la Congregación de Carmelitas Misioneras Teresianas (CMT), fundada por el beato Francisco Palau Quer, OCD. Nos regimos por el Derecho Canónico y Estatutos propios.
Los Misioneros Laicos Palautianos siguen a Cristo viviendo el ideal evangélico de la unidad del amor a Dios y al prójimo. La Asociación participa del carisma eclesial de este carmelita teresiano -caracterizado por el amor incondicional a la Iglesia, cuerpo de Cristo- con adhesión al magisterio del Papa y de los Obispos respectivos. Se siente Iglesia y se define Asociación Misionera al servicio de la Iglesia, según el espíritu y la enseñanza palautiana. Por ello, toma como suya la consigna de Francisco Palau: “Porque te amo, busco en los servicios ocasión de complacerte”.
La espiritualidad eclesial define nuestro estilo de vida. La espiritualidad palautiana tiene su núcleo en el misterio de la Iglesia, “en Jesús crucificado, mirando en su cuerpo físico el místico y moral de toda la Iglesia”, “Iglesia llagada”. La Iglesia sustenta la vocación misionera de los MILPA, configurada por elementos que la fundamentan desde “la mirada” (oración) y “el amor” (servicio y celebración): Al prójimo, “imagen viva de Dios, imagen viva de Iglesia”. A María, “Virgen del Carmen y Señora de las Virtudes, modelo perfecto y acabado de la Iglesia”. A la Eucaristía, “sacramento que edifica la unidad de la Iglesia”.
Los MILPA vivimos, como discípulos de Jesús, el compromiso del Bautismo. Cada miembro, desde su estado y situación de vida, se compromete en el servicio de la comunidad de prójimos para avanzar hacia una sociedad más justa, pacífica y solidaria.
Como podrán comprobar, los MILPA encajamos perfectamente con el perfil de agentes transformadores del mundo en la Iglesia Universal. En esta línea aprovecho para hacerme eco de la síntesis final de la fase diocesana publicada desde la Conferencia Episcopal Española y en la que podemos leer:
“En este tiempo de Gracia, todos cuantos hemos participado en el proceso sinodal hemos expresado nuestros sueños, deseos y compromisos con una Iglesia que sea más familia, más cercana a los necesitados, más valiente para afrontar los problemas del mundo de hoy y en la que sus miembros, apoyados en la Palabra, mostremos a todos la alegría y la belleza de seguir a Jesús. A la luz del trabajo sinodal realizado en toda la Iglesia en España, sentimos con fuerza la llamada a caminar juntos y a renovar e incrementar nuestro modo de participar en la Iglesia, desde la hondura de su misterio, en los dos aspectos que la definen: la comunión y la misión. Esta llamada implica tres urgencias que abordar, claramente entrelazadas: crecer en sinodalidad, promover la participación de los laicos y superar el clericalismo.”
Experimentar la Sinodalidad implica promover otras estructuras de participación que corresponsabilicen al Pueblo de Dios en la acción evangelizadora y caritativa de la Iglesia. La promoción del laicado implica y exige la superación del clericalismo como una inercia de tiempos pasados, en los que todas las responsabilidades recaían en la figura del sacerdote. Esa superación implica también vencer la pasividad y la falta de implicación de muchos fieles laicos en la edificación de la Iglesia. En orden a la misión, resulta imprescindible potenciar la presencia acompañada de los laicos en el entramado social. Conviene superar un estilo de vivir la fe “hacia dentro”, que se reduce a la práctica de los sacramentos y no sale al encuentro de las personas en la vida social y hasta las periferias.
Es preciso una mayor presencia de los laicos en los ámbitos de decisión que permita incrementar la corresponsabilidad y ofrecer un mejor servicio al Pueblo de Dios. Y es preciso repensar el papel de las mujeres en la Iglesia, con un mayor protagonismo y responsabilidad en los lugares y espacios en los que se toman las decisiones.
El Beato Francisco Palau escribe: “Yo ahora entro en un campo nuevo […]. Siento que Dios me llama a la predicación y me he de abandonar al Espíritu que me guía; y allá donde veo puerta abierta, por allí he de entrar” (Cta. 54,1). “Dios no dejará jamás a los que de corazón desean su gloria y se ofrecen en sacrificio para bien de su Iglesia” (Cta. 52,2).
Siguiendo su carisma y el ejemplo de sus hijas las Hermanas Carmelitas Misioneras Palautianas, creemos firmemente que “Dios siempre es novedad, que nos empuja a partir una y otra vez y a desplazarnos para ir más allá de lo conocido, hacia las periferias y las fronteras. Nos lleva allí donde está la humanidad más herida y donde los seres humanos, por debajo de la apariencia de la superficialidad y el conformismo, siguen buscando la respuesta a la pregunta por el sentido de la vida” (Gaudete et Exsultate 135).
Conscientes del valor que tiene caminar junto a personas no creyentes y alejadas, es preciso trazar un itinerario de encuentro que comience con la escucha, con la necesidad de sanar heridas y con la apertura a horizontes de colaboración y acogida.
Algo que hemos podido comprobar los MILPA es que el verdadero sentido del proceso sinodal es el de permitir encuentro y diálogo, cuya finalidad no es producir documentos, sino abrir horizontes de esperanza para el cumplimiento de la misión de la Iglesia.
Avanzando en este camino de esperanza la Santa Sede presentó, el 27 de octubre, el documento de trabajo para la Etapa Continental del Sínodo sobre la Sinodalidad. Este documento, que lleva por título «Ensancha el espacio de tu tienda» (Is 54,2), recoge el resultado de los resúmenes de la consulta en la primera fase del proceso sinodal. Incluye el precioso tesoro teológico contenido en el relato de una experiencia: la de haber escuchado la voz del Espíritu por parte del Pueblo de Dios, permitiendo que surja su sensus fidei. Pero también es un documento teológico en el sentido de que está orientado al servicio de la misión de la Iglesia: anunciar a Cristo muerto y resucitado para la salvación del mundo.
Concluyo este artículo animando a la participación de todos, especialmente a los MILPA de todo el mundo, en esta fase continental del Sínodo, escuchándonos y escuchando al Espíritu, haciendo un discernimiento comunitario en los tiempos dispuestos desde cada Diócesis, Conferencia Episcopal y Asamblea Continental para que los documentos finales lleguen a tiempo a la Secretaría del Sínodo. Sobre la base de los Documentos Finales de las Asambleas Continentales, se redactará el Instrumentum laboris para junio de 2023.
Todos estamos invitados a una nueva conversión misionera que nos permita caminar juntos para anunciar el evangelio. Y recordad que Francisco Palau buscaba incansable hasta que encontró a su Amada (Iglesia) tal y como reza en su himno:
Yo busco una Iglesia nueva, lugar de alegría y fiesta: que viva en comunión con Cristo en su Cabeza, en un solo amor.
Yo busco una Iglesia pobre que esté al servicio del hombre, que lave nuestros pies, y en el amor fraterno entera esté su ley.
Una Iglesia santa, con solo un corazón, es la cosa amada que busco yo.
Construyamos juntos la fraternidad, las palomas pueblan el azul de paz.
Somos piedras vivas de la gran ciudad, una Iglesia nueva está surgiendo ya.
Presidente Equipo General MILPA, Misioneros Laicos Palautianos
*El 29 de diciembre de 2022 se celebró el 211º Aniversario del nacimiento del Beato Francisco Palau i Quer.
En qué países hay comunidades milpa?
ResponderEliminarEspaña(Amorebieta, Ávila, Zaragoza, Tarragona, Paterna, Elche, Crevillente, Torrevieja), en Asia (Filipinas-Pangantucan) en América (Vancouver, Curuzú-Cuatia, Coquimbo-Tierras Blancas-Chile) en África (Itaosy-Madagascar, Bukavu, Kinshasa, Thies y Gikore)
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