CONTINENTES NO-HABITADOS: RESISTENCIA

 

ALEKSANDRA NAWROCKA

"Si vas a intentarlo, que sea a fondo. Si no, mejor que ni empieces. Puede que pierdas familia, mujer, amistad, trabajos y hasta la cabeza. Puede que no comas en días, puede que te congeles en un banco de la calle. Puede que acabes en prisión. Puede que se burlen de ti. O que acabes en soledad. No importa. Es una prueba de resistencia para saber cuánto realmente quieres hacerlo. Y lo harás. A pesar del rechazo y de la incertidumbre, será mejor que cualquier cosa que hayas imaginado. Si vas a intentarlo, que sea a fondo. No hay otro sentimiento como este. Te sentirás a solas con los dioses, y las noches arderán en llamas. Cabalgarás la vida hasta la risa perfecta. Es la única batalla que cuenta“ (Charles Bukowski).

Hoy es esta cita del escritor Charles Bukowski la que me inspira a bucear en mi alma. La verdad es que me encanta cada una de las palabras. Me tocan, me motivan, me invitan. Me recuerdan un encuentro de hace como 10 años. Era yo aún una hermana joven, fuimos a visitar un convento de monjas. Recuerdo la conversación con una hermana ya mayor. Me decía que hay sólo una cosa de la que se arrepiente en vida: de no haberlo dado todo al Señor desde el principio. Entonces no le presté mucha atención, aún pensaba que tenía toda la vida por delante, no estaba yo para hacer ya las cuentas con la vida.

Y no es que sea mucho mayor o más seria que hace 10 años. Pero la vida me ha llenado de muchas experiencias y ahora entiendo las palabas de aquella hermana. Y como ella, puedo decir que una de las cosas (desgraciadamente no la única, no soy tan santa como ella) de las que me arrepiento es de no darlo todo, no ir a por todas, quedarme tantas veces a medias, guardando algo “por si acaso”, jugar a lo seguro. Siempre me quedaba con un trocito de seguridad. Ahora veo que poco se consigue de esta manera. Como dijo Etty Hillesum, “nada se obtiene porque sí”. Quizás también porque antes en mi vida no había una causa por la que me quisiera arriesgar por completo. Vivía una vida bastante mediocre, sin pasión, sin que me importara realmente. Solamente rezaba a Dios que me diera esa pasión, esa razón última para vivir, esa misión única que nunca se haría sin mí. Y me escuchó. “Busqué al Señor y me respondió, me liberó de todos mis miedos” (Sal 34:4). Por eso hoy día las palabras de Charles Bukowski llenan mi corazón de gran ánimo. Hay una batalla que tengo que luchar, que no se puede ganar sin mi arriesgarlo todo. Tiene que ser a fondo. Es la única, quizás la última, batalla que cuenta.

Lo quise compartir contigo, que sigues luchando tus batallas. Sé que quizás experimentas rechazo e incertidumbre. Quizás sientes una soledad profunda. Quizás se burlan de ti. Quizás te estás congelando en un banco en la calle, o en una prisión. Es duro, lo sé. Pero quiero decirte que vale la pena. No estás equivocado, aunque te digan que estás loco. Estás en lo cierto, eres más cuerdo de lo que puede parecer. Porque al fin de cuentas, la vida sólo vale la pena si es vivida desde lo hondo, desde la pasión. Gracias por tu pasión que hace de este mundo un lugar bello para vivir.

Aleksandra Nawrocka, religiosa polaca en Vietnam.

Pedagoga y Teóloga

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